Artículo - Comienzo de mi veganismo

Hayas o no oído hablar de veganismo, hoy te quiero contar lo que para mí significa ser vegana y cuál fue mi proceso. 

Hay muchas creencias dando vueltas alrededor de estos términos y, a veces, los prejuicios y la abundante cantidad de información que circula en internet dificultan su entendimiento. Según la asociación británica The Vegan Society, el veganismo es un estilo de vida que busca excluir, en la medida de lo posible y practicable, todas las formas de explotación y crueldad hacia los animales para cualquier propósito. Eso quiere decir que el veganismo no es solo una dieta, como muchas personas creen, sino más bien un posicionamiento ético que rechaza los diferentes tipos de explotación en diferentes industrias (alimentos, vestimentas, cosméticos, entretenimiento, transporte, etc.) y actúa en consecuencia. Surge de la consideración de que no somos superiores a los demás animales y que debemos respetarlos en lugar de aprovecharnos de ellos.

Dicho esto, aclaremos algo: casi ninguna persona vegana nació vegana. La mayoría crecimos en familias donde consumir productos que provenían de explotación animal era algo de todos los días. Todavía recuerdo a mi madre quejándose cuando quise dejar de hacerlo: "Te van a tener que internar y yo no voy a pagar los remedios". Hoy lo recuerdo con gracia, puesto que mi salud y mis resultados de laboratorio no solo no han empeorado, sino que incluso han mejorado. Como sea, el punto es que mi transición no fue fácil, como tampoco lo fue la de la mayoría de los veganos que conozco. (Hoy en día hay mucha más información disponible y, aun así, hay quienes se niegan a ver los evidentes beneficios de este modo de vida, tanto ajenos como propios). Puede que no sea fácil, pero tampoco es tan difícil como parece. Y el aspecto más complicado no es el nutricional o el ideológico. Es el social.

Afortunadamente, también existen personas que facilitan estos procesos. Por lo general, aparecen en el momento indicado para acompañar un proceso como este. En mi caso, la pandemia me llevó a convivir con uno de los compañeros más fieles que ya he conocido. Yo ya era vegetariana y consumía pocos derivados de explotación animal, pero no fue hasta que este ser apareció y me dijo "¿Y si intentamos hacer un mes vegano?" que tomé la decisión. A partir de ese momento, no he hecho más que preguntarme por qué no lo había hecho antes (además del contexto familiar mencionado anteriormente, obvio jajaja). 

Me gustaría poder describir una historia más altruista, tal vez. Una revelación en un documental, un cambio repentino de perspectiva... Aunque, a decir verdad, el mensaje tal vez sea que no tiene que sucederte nada especial o extraordinario. Simplemente, un día hay que decidirse y comenzar con lo que se tiene a la mano. Lo cierto es que realmente no importa cómo comience cada persona su camino. Lo importante es que, desde entonces, día a día, va a haber una persona más intentando reducir el daño que produce en el mundo. 

Podría hablar horas sobre diferentes experiencias, anécdotas, aprendizajes, mitos y confesiones. Desde activismo hasta alternativas libres de explotación animal de los productos favoritos de todo el mundo. Hay mucha información, cada día más. Este artículo es simplemente un vistazo rápido a los inicios de mi historia y, ojalá, un incentivo si estás considerando un estilo de vida más empático con los demás animales. Como dijo el escritor uruguayo Eduardo Galeano: "Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo".

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