Audiorelato - La morocha
La morocha
Abrió la puerta y encontró a la morocha con los ojos irritados y tristes. La miró con una cara de compasión. “¿Y ahora por qué?”, quiso preguntar, pero permaneció en silencio.
“No sabía a dónde ir”, formuló con las pupilas brillantes. “Perdón”.
Suspiró. Se corrió del umbral para dejarla entrar. “No importa”. No pudo evitar sentir el golpeteo de su corazón cuando le pasó por al lado: latía como cuando todo solía estar bien.
Ella se le quedó mirando por unos segundos que parecieron eternos, porque los milímetros que separaban sus rostros sobraban tanto que parecían kilómetros.
Inhaló con fuerza y se despertó del sueño con el corazón exaltado; con pesar porque, incluso sin mirar, sabía que la morocha no se encontraba a su lado; triste porque no se despertaría en su cama.
Veinte años y un día cumplía esa noche. Justo como era costumbre, había alquilado una habitación en un motel. Esta vez era el séptimo piso. Recordaba cómo había sido cuando había alquilado una en el primer piso, luego en el segundo, después en el tercero… Tan principiante…
Luego, justo como era costumbre, había armado uno y lo había fumado con ansiedad, casi como con desesperación. El toque final: un shot de vodka y una pinta antes de tirarse en la cama, a ver si la encontraba a la morocha.
Sí.
Se acercó a la ventana, respiró hondo y se arrojó al vacío.
Tal vez a los veinte de su octava vida buscándola, finalmente la volvería a cruzar.
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